Buenas tardes, damas y caballeros que hacen uso de este medio capitalino e incivilizado de transporte. Les quito un minuto de su amable atención para pasar a entregarles una simple cajita de chicles, la cual no tiene ningún valor comercial. El valor se lo va a dar cada bolsillo y cada corazón. Sé que están cansados de quienes suben a pedir a los ómnibus, y a mí me da vergüenza hacerlo, pero ¿qué quieren, que salga a robar? No podría hacerlo jamás, tengo trescientos treinta y tres hijos y no tengo trabajo, ¿les parece lindo? Con cualquier monedita, por más pequeña que sea, estarán colaborando. ¿Qué es esto? ¿Un kopek? Tomá, ¿sabés lo que podés hacer con el kopek...? ¿No quieren colaborar? Está bien, juguemos rudo. Pongan todos los objetos de valor en este sombrero. ¿Ahora les gusta más? Opa, se dio vuelta la taba. Por negarse a erogar 2 míseros pesos, 0.50 centésimos, lo que fuera, perdieron el control de sus vidas. ¿De qué hablo? Bajo esta unidad del transporte urbano se halla un aparato explosivo conectado al cigüeñal y pegado con un chicle, de modo que si el ómnibus no mantiene una velocidad constante de
miércoles, 30 de julio de 2008
Por unos dólares más
viernes, 11 de julio de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)